Introducción

Varios de nuestros lectores nos escribieron resaltando la importancia de que Enfermería Sin Barreras aborde las condiciones socioeconómicas de los profesionales de enfermería. Señalaron que los sueldos no son dignos, que se ven obligadas a trabajar bajo contratos por horas y contratos ocasionales que implican estar desempleadas por largas temporadas, en las que no tienen cubrimiento de salud o pensión, que se ha vuelto una constante el incumplimiento en los pagos hasta por meses, que no existe una escala de ingresos que reconozca la experiencia y la formación académica, que la contratación es inestable, que las presiones en el trabajo son continuas y desbordantes, y que la práctica profesional enfrenta diariamente graves riesgos. Es evidente que, en estas condiciones, las metas internacionales y propósitos gubernamentales para lograr el mejoramiento de la salud resultan reiterativos discursos que no logran resultados concretos en la consolidación de la profesión ni en el bienestar del público.

Desde la OCE agradecemos a todas las personas que se tomaron el trabajo de escribirnos y aportar a la discusión y a la creación de nuevos temas para el Boletín. Enfermería Sin Barreras es un esfuerzo que existe por y para ustedes, y en consecuencia sus opiniones y necesidades son las que lo guían.

En este artículo se presenta un acercamiento a la situación salarial de las enfermeras que se graduaron entre 2001 y 2015, con datos tomados del Observatorio Laboral para la Educación (OLE) del Ministerio de Educación Nacional . Estos datos muestran cómo se valoró económicamente la actividad laboral de los profesionales de enfermería, usando como referente una estimación del promedio de su Ingreso Base de Cotización (IBC) en el 2016. Fueron tenidas en cuenta como objeto de estudio tres áreas del ejercicio de la profesión: atención, educación y administración pública y defensa. Para cada área se obtuvo el ingreso promedio total, el ingreso promedio de hombres y mujeres, y el ingreso promedio por región del país. Adicionalmente, se comparó el ingreso promedio de las cohortes que se graduaron de 2001 a 2011, y de 2012 a 2015, con el fin de estimar cómo se valoró económicamente la experiencia laboral de los profesionales.
Las cifras reportadas por el Ministerio de Educación Nacional provienen del cruce de los datos académicos de cada uno de los graduados, con los datos de sus aportes al Sistema de Seguridad Social Integral y la información del Registro Único de Aportante RUA . Para aproximarse al ingreso promedio de las enfermeras, el Ministerio de Educación calculó el Ingreso Base de Cotización (IBC) promedio, haciendo los cruces y validaciones correspondientes de la información de las distintas fuentes.

Enfermería sin Barreras presenta las cifras obtenidas con base en la información del OLE como un referente inicial, pero considera que estas son más bien una ilustración de los modos como desde la gubernamentalidad se “lee” la realidad laboral de la profesión de enfermería: sin historia, carente de contexto, con sesgo y apoyada en eufemismos técnicos.

En primer lugar, El IBC promedio no es una medida confiable y suficiente para analizar la situación salarial de la enfermería en Colombia, principalmente porque el IBC promedio se calcula (1) poniendo en una misma bolsa a personas con ingresos y condiciones de estabilidad laboral muy disímiles, y (2) teniendo en cuenta el ingreso de las enfermeras cuando ellas cotizan con base en su salario, pero no el ingreso o falta de ingreso cuando ellas están desempleadas. En consecuencia, utilizar el IBC promedio como un acercamiento a la situación salarial de las enfermeras puede inducir a interpretaciones que distan mucho de la realidad.

En segundo lugar, el periodo estudiado por el OLE (2001 a 2015) abarca un trecho de tiempo en el que se implementó con fuerza el modelo de negocio de la salud que conllevó al empobrecimiento del sector público hospitalario y su desmantelamiento, a la deslaboralización del recurso humano en salud, el ingreso en la era de la flexibilización laboral, la precarización del trabajo en salud y la pauperización de los trabajadores de la salud. En el escenario descrito, las cifras del OLE no representan un aporte sustantivo a la comprensión de la situación laboral de las enfermeras en Colombia, en la medida en que no incluyen el seguimiento de factores como la inestabilidad laboral, el sub empleo, la duración y condiciones de los contratos de las profesionales, y las prioridades en la oferta de trabajo de acuerdo con el modelo de sistema de salud y el modelo de servicios.
Ante la ausencia de estudios contemporáneos que evidencien la complejidad del trabajo en salud y particularmente de enfermería, invitamos a nuestros colegas a sumarse al esfuerzo por una lectura crítica que determine el alcance de lo presente, y a apoyar la realización urgente de investigaciones en este campo.

EL PANORAMA GENERAL

El OLE reportó que el 88.95% de las enfermeras graduadas entre 2001 y 2015 cotizaron al Sistema General de Seguridad Social Integral (SGSSI) en 2016. El restante 11,05%, podemos concluir, no contaba con un trabajo formal en dicho año. En números absolutos, de 28.365 enfermeras que se graduaron en los últimos 14 años, por lo menos 3.262 no contaron con un empleo formal en el año 2016.

Al corte de 2016, el OLE muestra que el ingreso promedio mensual de estas personas era de $2.474.002, y que los hombres tuvieron mayores sueldos que las mujeres, con una diferencia de $236.585. Esta diferencia es mayor cuando se trata de profesionales graduados de universidades privadas, para quienes la brecha salarial entre hombres y mujeres fue de $293.645.

La diferencia salarial promedio entre las personas que a 2016 (se presume) contaban con entre 5 y 10 años de experiencia, y aquellas personas que contaban con entre 4 y 1 años de experiencia, fue de tan sólo $285.364. Para el primero grupo, el salario promedio fue de $2.704.070, y para el segundo, de $2.418.706.

ACTIVIDADES DE SERVICIOS SOCIALES Y DE SALUD

2019 03 11 SITUACION SALARIAL ENFERMERAS COLOMBIA 01 Para los profesionales de enfermería que se graduaron entre el año 2001 y el 2015 que trabajaron en el área de atención en salud y atención social, el sueldo promedio reportado al corte de 2016 fue de $2.593.346. Sin embargo, las cifras varían en función de la región de Colombia en la que se trabaje:

La diferencia salarial entre enfermeros y enfermeras fue de $ 215.808. Mientras que para los hombres, el ingreso promedio fue de $2.779.996, el de las mujeres fue de $2.564.188.

La diferencia salarial promedio entre las personas que a 2016 (se presume) contaban con entre 5 y 10 años de experiencia, y aquellas personas que contaban con entre 4 y 1 años de experiencia, fue de tan sólo $285.364. Para el primero grupo, el salario promedio fue de $2.704.070, y para el segundo, de $2.418.706.

 

ADMINISTRACIÓN PUBLICA Y DEFENSA

2019 03 11 SITUACION SALARIAL ENFERMERAS COLOMBIA 02 De otra parte, para los profesionales de enfermería que se graduaron en el mismo periodo (2001 a 2015) que trabajaron en la administración pública y defensa el sueldo promedio reportado es de $2.634.855. Sin embargo, las cifras varían en función de la región del país de la que se trate.

La diferencia salarial entre hombres y mujeres fue de $485.000. Mientras que para los hombres, el ingreso promedio fue de $3.030.651, el de las mujeres fue de apenas $2.545.434.

Al comparar los salarios de las personas que a 2016 (se presume) contaban con experiencia de entre 5 y 10 años, con los salarios de aquellas personas que contaban con experiencia de entre 4 y 1 años, se encontró que la variación promedio fue de $408.915. Mientras que las personas con más años de experiencia tuvieron un sueldo promedio de $2.772.858, quienes contaban con menos años de experiencia ganaron un salario promedio de $2.363.943.

 

EDUCACIÓN

2019 03 11 SITUACION SALARIAL ENFERMERAS COLOMBIA 03 Para los profesionales de enfermería que en el mismo periodo de egreso cuentan con vinculación laboral en el sector educativo, el sueldo promedio reportado al corte de 2016 fue de $2.387.146, sin embargo, las cifras varían en función de la región, encontrándose una variación mayor en la región centro occidente Bogotá respecto de las demás regiones.

La diferencia salarial entre hombres y mujeres fue inversa a la tendencia general, pues las enfermeras ganaron, en promedio, $148.406 más que los enfermeros. Mientras que los hombres tuvieron un ingreso promedio de $2.322.862, las mujeres ganaron en promedio $2.471.268.

Al comparar los salarios de las personas que a 2016 (se presume) contaban con entre 5 y 10 años de experiencia, con los salarios de aquellas personas que contaban con entre 4 y 1 años de experiencia, se encontró que la variación promedio fue de tan sólo $278.558.

 

CONCLUSIONES

En la introducción del artículo se explicaron algunas razones por las cuales Enfermería Sin Barreras toma los datos del OLE tan sólo como un referente inicial, que en nuestra opinión dista de reflejar la verdadera situación laboral de las enfermeras colombianas. Sin embargo, es valioso comenzar por aquí, porque esto nos muestra cómo debemos distanciarnos de los estudios oficiales, si queremos desarrollar investigaciones que sí se acerquen a la realidad de las enfermeras.
Por otro lado, analizar las cifras globales por lo menos permite identificar algunos ejes de indagación que es importante no perder de vista. A continuación, listamos cuatro conclusiones que constituyen un pequeño avance en esta dirección:

  1. La poca variación salarial entre grupos con diferencias importantes en el tiempo de inclusión en el mercado laboral denota que la experiencia de las enfermeras es poco valorada. Esto puede constituir una razón para que los profesionales con experiencia no quieran trabajar en las áreas donde esto sucede, Lo cual es especialmente grave en la atención, la educación y la administración pública, porque gran parte de la calidad y experticia que aseguran buenos resultados en estas áreas derivan de la experiencia laboral.
  2. La tendencia en la diferencia de los sueldos para hombres y mujeres evidencia que la profesión de enfermería, aun estando conformada en un 89% por mujeres, no está exenta de la desigualdad salarial y/o laboral que se da por razones de género. Aunque no es altamente representativo, en todo caso resulta interesante ahondar en el caso educativo, que es el que se sale de la regla general.
  3. Los bajos sueldos, y la poca diferencia entre los ingresos por área del ejercicio de la profesión, revelan un bajo reconocimiento económico y social, y la posición de subordinación que históricamente ha ocupado la enfermería. Esto es especialmente claro en el área educativa, donde el sueldo promedio está un 8,68% por debajo de los salarios en las otras áreas, y un 5,36% por debajo del ingreso promedio general. Es crucial evaluar si este es un fenómeno que se extiende a toda el área educativa, o si es específico de las enfermeras que son educadoras.
  4. Las variaciones regionales exigen un análisis de contexto que permita dimensionar el impacto que ha tenido la política nacional de empleo en salud en la política regional.

Reiteramos que, ante la ausencia de estudios contemporáneos que evidencien la complejidad del trabajo en salud y particularmente de enfermería, es de vital importancia que nuestros colegas se sumen al esfuerzo por una lectura crítica que determine el alcance de lo presente, y apoyen la realización urgente de investigaciones en este campo. Invitamos a las organizaciones de enfermería, facultades y programas, profesionales de enfermería, y a todas las demás personas y entidades que quieran apoyarnos, a unirnos en torno a este tema. Resulta vital que orientemos y movamos la discusión acerca de la situación salarial de las enfermeras hacia donde debe ser, porque si no lo hacemos nosotras, nadie lo hará.